El teismo de Okakura

Okakura habla de las escuelas del té como si hablara de escuelas filosóficas o estéticas, incluso denomina a la belleza de la ceremonia del té, teísmo. Parece que está haciendo un juego de palabras con esta sugerencia de resonancias religiosas. Tal vez no sea casual, porque Okakura conocía las ideas occidentales teístas, ya que era doctor en Filosofía Occidental y Literatura Inglesa, y además El libro del té fue escrito en inglés. Él mismo parece intuir estas consideraciones cuando escribe: “cualquier extranjero se sorprenderá, sin duda, de que armemos tanto jaleo para tan poca cosa. “¡Qué tempestad en una taza de té”, dirá.”

La ceremonia del té

En nuestro lenguaje corriente suele decirse, hablando de un hombre insensible a todos los episodios cómico serios de la vida cotidiana y del drama individual, que le falta té; y se vitupera, en cambio, el esteta grosero, que, indiferente a la tragedia mundana, se abandona sin freno a sus emotivas sensaciones, diciendo de él que tiene demasiado té.

La ceremonia del té, como muchas de las artes japonesas, tiene un origen chino. El té llegó a Japón en los siglos XIII y IX gracias a las visitas que realizan los embajadores japoneses a la corte Tang. Desde entonces la bebida pasó por muchos sinsabores, de hecho estuvo a punto de desaparecer debido a las malas relaciones chino-japonesas, pero se conservó gracias a la costumbre de usarlo en las largas meditaciones de los monjes zen frente a la imagen del Bodhidharma. Con el tiempo, ya en el siglo XIV, lo convirtieron en una ceremonia de gran sutileza.

El libro del té de Kakuzo Okakura

Quién sea incapaz de discernir en sí mismo la insignificancia de las grandes cosas, estará mal preparado para apreciar la grandeza de las pequeñas cosas en los demás.

Kakuzo Okakura, el autor de El libro del té, podía haber elegido cualquier otro arte japonés como excusa para defender su concepción de la vida y del arte: el ikebana o arte floral, bushido o código de los samuráis o incluso el origami o papiroflexia. Pero el autor elige una práctica, que en occidente se considera marginal y a la que difícilmente se le concedería el rango suficiente como para edificar una teoría estética: la ceremonia del té o Cha no yu. Esta elección es en sí misma una declaración de intenciones porque la esencia de El libro del té consiste en enseñarnos la trascendencia de las pequeñas cosas.

Lo que leems

 Hoy me ha llegado un correo muy divertido e interesante de mi amigo Jose. Es el siguiente:

«Sgeun un etsduio de una uivenrsdiad ignlsea, no ipmotra el odren en el que las ltears etsan ersciats, la uicna csoa ipormtnate es que la pmrirea y la utlima ltera esten ecsritas en la psiocion cocrrtea. El rsteo peuden estar ttaolmntee mal y aun pordas lerelo sin pobrleams. Etso es pquore no lemeos cada ltera por si msima snio la paalbra cmoo un tdoo. Pesornamelnte me preace icrneilbe…»

besos.

Muestra representativa de ingleses feos

 Empiezo con muchos nervios e ilusiones. Nervios, porque no tengo una idea muy clara de lo que voy a poner en esta weblog y esto me produce algo de inquietud. Pero también mucha ilusión porque después de meses por fin me he decidido a hacerla. El responsable de mi estado maravillosamente perturbado es Daniel Tubau y antes de empezar esta página quería darle las gracias por ello. Gracias Daniel, gracias por animarme a hacer la página.

Como he dicho antes no sé muy bien de qué va esta página. Pero como por algún sitio tengo que empezar, me he decidido por mis amigos los ingleses.

Quiero hablar de los ingleses, bueno de los británicos, los isleños, es decir, de esas personas que hablan y escriben en inglés y que viven en esas islas al noroeste de Europa. Y no sé muy bien como llamarlos porque si digo ingleses, los escoceses se pueden sentir ofendidos y si utilizo británicos, los irlandeses quedan fuera. En fin, dejemos al lado el titular y vamos a coger el toro por los cuernos.

Se dice que los ingleses son feos. Aquí hay una prueba de ello:

Oscar Wilde

 

Oscar Wilde es uno de mis escritores favoritos. Tengo que confesar que antes de leer a Oscar Wilde tenía la idea de que era arrogante y estirado. Ahora creo que lo que ocurre es que juega con esa arrogancia. Oscar Wilde es como un personaje de sus obras. De hecho él dijo eso de «la vida imita al arte». La verdad es que creo que él mismo fue su mejor obra. Y estoy de acuerdo con esto que dice Borges : » Leyendo y releyendo, a lo largo de los años, a Wilde, noto un hecho que sus panegiristas no parecen haber sospechado siquiera: el hecho comprobable y elemental de que Oscar Wilde casi siempre tenía razón».

Recomiendo, por ahora, el ensayo político El alma del hombre bajo el socialismo (The soul of man under socialism) y el cuento El insigne cohete, donde su protagonista, el famoso cohete, después de pasarse un rato hablando de lo que opina, le dice a su interlocutor «Pero dejemos de hablar de mi, ¿tú qué opinas de mi?».

Una última recomendación. Daniel ha anunciado la inminente publicación de un ensayo en defensa de Oscar Wilde. Por lo visto Umberto Eco ha escrito contra Wilde y Daniel nos aportará su punto de vista, que siempre es interesante. No sé cómo lo planteará, porque por otro lado Daniel es un enamorado de Eco. ¡Estamos impacientes por leerlo!.

Por cierto no he acabado con Oscar Wilde. Esto sólo es el comienzo.

El teatro del mundo

He hablado en líneas anteriores de que Oscar Wilde era su mejor obra. Y sobre esta metáfora del teatro y la vida voy a poner tres ejemplos:

William Shakespeare

«La vida es un cuento contado por un loco, lleno de ruido y furia y que no significa nada»

Oscar Wilde

«La vida es un teatro, pero el reparto es deplorable»

Teddy Pendergrass

El título del disco de Teddy Pendergrass

Life is a song worth singing» (La vida es una canción mal cantada)

Caricaturas de Álex Duque

Hola amigos

Empiezo la semana con una entrada en el weblog, que no es poco porque es lunes y tarde. Pero bueno la ocasión lo requiere. Resulta que han publicado dos caricaturas de mi amigo Alex Duque.

Aquí están. 

A que molan!!!

La historia comenzó hace unos meses. Alex recibió un e-mail de un rumano que le pedía que hiciera dos caricaturas para publicarlas en una exposición en Internet. Una de las caricaturas tenía que ser a una personalidad del siglo XX y la otra de Ion Luca Caragiale. Este señor fue un caricaturista que estuvo en la cárcel en la época de Ceaucescu. Si queréis saber más y ver caricaturas de diferentes países, podéis pinchar en este link:http://www.cartoon-crn.com/ .

La epopeya de Gilgamesh (el gran hombre que no quería morir)

En este dibujo Gilgamesh lucha con el toro celeste como se cuenta en la tablilla 6. Esta hazaña pronto le supondrá un gran dolor a  Gilgamesh.


Acabo de terminar de leer La epopeya de Gilgamesh. He disfrutado mucho con esta lectura, es emocionante y bellísima. Y resulta tristemente actual: Gilgamesh es un hombre que no quiere morir.

El fragmento siguiente de La epopeya de Gilgamesh está relacionado con el texto que Daniel envió a esta weblog de Jonathan Swift.

Desde que Mammitu, la hacedora del destino 
y los Grandes Dioses reunidos nos impusieron
tanto la muerte como la vida 
dejándonos tan sólo ignorar 
el momento de la muerte

 

Texto de Jonathan Swift

«La vida es un teatro, pero nosotros somos actores sin texto y sin formación que obligados a improvisar vamos dando tumbos de un lado a otro del escenario, participando en una obra cuya trama, sentido y propósito ignoramos, farfullando diálogos cuya réplica desconocemos y sin saber quién nos ha hecho subir a escena y cuándo nos obligarán a hacer mutis. Y ni siquiera nos queda el consuelo de saber, una vez que haya caído el telón, si hemos obtenido el aplauso o los abucheos del público»

Esta será la semana dedicada a Gilgamesh. Cada día publicaré un fragmento.

Los demás somos nosotros

He cambiado el título del weblog porque me apetecía poner otro. Y ya de paso explico porque se llamaba “Los demás somos nosotros”. El título lo cogí de un eslogan de Photo España, pero lo transformé un poco. El original era “Los demás también somos nosotros”.

“Los demás somos nosotros” intenta ser una pequeña broma y también una reflexión sobre como NO nos percibimos. Pongo varios ejemplos. Quizá os suene haber vivido situaciones parecidas a esta.

Os encontráis un viernes por la noche en Huertas con unos amigos. Alguien dice: “Qué manía tiene todo el mundo de salir el viernes por la noche a tomar una copa”. O un domingo en la puerta del Sol: “Esto está imposible, no se puede andar, está lleno de gente”.

Puede ser que haciendo cola en una exposición algún amigo os ha dicho algo parecido a esto: “Que manía le dado a toda la gente con el arte. Ahora resulta que a todo el mundo le interesa el arte. Esto es de locos”

 

24 de noviembre de 2003